Ese instrumento mágico de sonido envolvente que encandila a todo aquel que la escucha. La guitarra puede llevarte al pasado, al futuro o hacerte disfrutar como nunca del presente.
Se dice que existe desde unos 2,000 años A.C. y ha tenido múltiples variantes en cuanto a formas, cuerdas y sonoridad según el país o cultura, incluso ha dado lugar a nuevos instrumentos que lo tomaron como modelo a seguir.
Aquí la guitarra española ha dado lugar a enormes temas arraigados a la cultura musical y popular del país, y ha hecho grandes a fabulosos músicos e iconos históricos.
Quizás «El Concierto de Aranjuez» sea la más popular, una obra maestra que compuso Joaquin Rodrigo allá por 1939 en plena postguerra desde la distancia, concretamente en Paris. A buen seguro que la memoria de la España que se vio obligado a abandonar jugó un papel determinante en esta mágica creación.
Paco de Lucia creo otro de los grandes temas que ha derribado barreras en todo el mundo, dando caché al instrumento y a la cultura española. «Entre dos aguas» logró dar reconocimiento mundial a un artista flamenco, algo inédito allá por los años 70. Curiosamente un tema que compuso por casualidad y en poco tiempo, ya que al finalizar la grabación de un disco, le dijeron que hacía falta un tema más. Improvisó recordando la rumba de Las Grecas «Te estoy amando locamente» e iniciando el tema así, dejándose llevar por su arte e incluso se dice que la parte final de la canción es muy similar al «Caramba, carambita» de Los Marismeños. Un artista.
La mayoría de nosotros cuando pensamos en un instrumento el primero que viene a nuestra mente es siempre la guitarra, señal de su inmersión y peso histórico.
Federico García Lorca nos dejó este precioso poema sobre la guitarra, «El poema de la siguiriya gitana»:
Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas de la madrugada.
Empieza el llanto de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible callarla.
Llora por cosas
lejanas.
Arena del Sur caliente
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
!Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.
Sea del país que sea, suene donde suene, que las guitarras sigan dando el compás a nuestras vidas.
