Miércoles y continuamos con el ciclo en el que mostramos el lado humano de aquellos artistas con los que hemos trabajado, mostrando en forma de letras y de manera muy personal la sensación que percibimos de ellos en ese día de concierto.
Afortunadamente esta actuación tuvo lugar en Badajoz, por lo que para ellas tenía un significado especial ya que volvían a su tierra después de mucho tiempo. Era además uno de los primeros conciertos que daban tras su reencuentro como Azúcar Moreno, lo cual daba argumentos para que ese día tuviese un sabor a añoranza, cariño y emociones encontradas.
Toñi y Encarna llegaron puntuales, y tratando de pasar desapercibidas pues les gusta llegar como si nada, entrar en el camerino y estar tranquilas, sin demasiadas visitas ni interrupciones. Los minutos previos a un concierto para muchos artistas son necesarios pasarlos en soledad, aunque estén tocado la guitarra, cantando o tocando las palmas, pero en soledad, quieren agradar al público y para esto es importante dedicarse a ellos desde antes de subir al escenario.
La actuación fue por la tarde, y llegaron a la hora de comer. La anédota fue que teníamos reservada una mesa en una sala privada en el lugar del evento para comer, el cliente quería darles la mejor de las atenciones. En esto la persona encargada del restaurante pasó a saludarles, y sin saber como, vimos a los pocos minutos como desfilaban camareros con cubiertos dentro del camerino (que era amplio y tenía mesas). Al decirle al encargado que no era ahí donde iban a comer, nos dijo que ellas le habían dicho que si para ellos era más sencillo que comiesen allí en vez de en la sala privada que estaba más alejada de la cocina, que no les importaba. Dejaban claro que no venían en plan estrellas, que les gustaba un trato cercano y dejar a un lado las parafernalias de algunos artistas.
La actuación fue brutal, el poderío y la magia sobre el escenario de las hermanas Salazar conquistaron al público, haciéndoles recordar, soñar, cantar y bailar al mismo tiempo, Badajoz su ciudad de cuna les recibía con los brazos abiertos y ellas lo disfrutaron de lo lindo.
Al finalizar se muestran más cercanas aún, mucho más abiertas a las visitas, fotos, autógrafos,… con el público son cariñosas no solo en gestos, sino también en su lenguaje. Dúos como este son necesarios en el panorama musical español, que sigan muchos años juntas.
