Miliki, gran referente para todos los niños de la década de los 70 y parte de los 80, que sembró durante generaciones el humor y la sonrisa como bandera allá donde iba, es lo que tienen los grandes artistas, dan tantas vueltas por el mundo mostrando siempre la misma cara y respetando las culturas, que al final el público no sabe con certeza de donde es.
Un ser humano que era capaz de combinar la elegancia con el humor y el amor de manera brillante. Quizás sus orígenes genéticos tengan algo que ver en ello.
Pepino Aragón
Fue allá por 1805 cuando Jacques Foureaux miembro de la Casa Real sueca fundó el Grand Cirque Foureaux. Virginia una de las hijas de Jacques era una extraordinaria «ecuyêre» -acróbata en caballo- que en su gira por España, encandiló y enamoró a Gabriel Aragón, un seminarista con vocación religiosa. Este abandonó todo y se decidió a ser un gran payaso con la intención de conquistarla. Se convirtió en un gran payaso de nombre artístico «Pepino» y lo logró.
Pompoff, Thedy y Emig
Aquel matrimonio dio lugar a tres hijos que fueron un referente en el mundo del circo, Pompoff, Thedy y Emig, este último fue padre de otros tres grandes payasos mucho más conocidos por todos, pues aquellos ellos fueron aquellos famosos «Payasos de la Tele» de varias generaciones. Ellos eran Gaby, Fofó y nuestro personaje de hoy Miliki.
Los tres eran muy buenos y carismáticos, pero quizás Miliki caló mucho más en el público por esa combinación a la que hacíamos referencia antes, Elegancia y Amor-Humor, que además ganó enteros al ir envejeciendo, pues ese pelo canoso le convertía en ese abuelo que desea tener todo niño.
La vida de Miliki no fue sencilla, pues cuando las luces de los escenarios se apagan, como sucede a casi todos los artistas existe se enfrentan a la soledad, vida nómada, y situaciones familiares difíciles de gestionar. Aún así creó junto a su esposa Rita, una gran familia que a seguido sus pasos y ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y triunfar en el mundo de los negocios.
Miliki debutó en época adolescente en el Circo Price de Madrid, toda una referencia por entonces, y poco después en Cádiz embarcó junto a sus hermanos hacia Cuba para iniciar una pequeña gira. Jamás imaginó al tomar aquel barco, que el viaje tendría una duración de 27 años. Recorrieron el continente americano en su gran mayoría y con enorme éxito allí donde pisaban.
Compartió experiencias con Cantinflas, Harpo Marx o Buster Keaton entre otros. Su huella en USA y Sudamérica aún perdura en el mundo del espectáculo.Volvió a España y triunfó con programas como «Los Payasos» y «El Gran Circo de TVE», el resto ya es de sobra conocido.
Trabajador incansable, amante y apasionado de su personaje, dio todo lo mejor de si mismo hasta sus últimos días, donde nos dejó grabaciones de temas de toda la vida y sumo otros a su repertorio, un precioso libro e incluso videos que aún hoy encandilan a los niños nacidos en este milenio.
Miliki, Elegancia personificada quizás por la relación de su abuela «Virginia» y la realeza sueca, y Amor-Humor humano, quizás por el lado espiritual de su abuelo «Pepino», crearon a este gran personaje que sigue viviendo en el corazón de todos aquellos que lo han conocido.
Dejó una frase célebre con la que acabamos el artículo, «Sin niños no habría humanidad, por lo tanto la humanidad se la debemos a los niños».