Hace poco más de siete años que nos dejó. Luis Aguilé está claro que era un tremendo artista pero sobre todo se forjó con los años y las experiencias de la vida el ser un auténtico Caballero.
He trabajado con muchos artistas, y unos marcan más que otros personalmente, y sólo cuando suben al escenario se descubre realmente si son o no artistas. Luis era uno de los que cumplía ambas condiciones, personalmente marcaba y sobre el escenario deslumbraba.
Puede parecer que me refiero a su época dorada cuando me refiero a que deslumbraba, pero lo conocí un par de meses antes de una complicada operación, justo siete meses antes de su fallecimiento, 73 años tenía, y bastó compartir con él un solo día para descubrir su magnitud humana y artística.
Mi primer contacto telefónico con él, me hizo pensar que era una persona excesivamente seria y mayor, después de descubrí que no era así, solo estaba tratando con un correcto caballero de los que quedan pocos en la vida y menos en el mundo del espectáculo. A las dos horas nos vimos, y su mirada me desprendió la bondad e ilusión de un niño, sus palabras eran cálidas, amables y armoniosas.
Mostraba un profundo respeto y amor por su esposa, quién le cuidaba con mimo y cariño. Era la representación real de esa imagen idealizada por millones de parejas, llegar a ancianos y mostrarse ese amor. Casualidad o no una de sus últimas actuaciones fue la «Feria de Mayores» de Badajoz.
Argentino de nacimiento, español de adopción dejó en la historia de la música fantásticas canciones llenas de alegría en su mayoría y otras con reivindicaciones o mensajes políticas o sociales. «Juanita Banana«, «Cuando salí de cuba«, «La Banda está borracha«, «La Chatunga«, «Es una lata el trabajar«, «El tio calambres«, «Dile«, «Con amor o sin amor«, «Camarero champagne«,… y tantos éxitos que marcaron a varias generaciones.
En el escenario era «el tio calambres», dinámico, divertido, alegre, seductor, elegante, gesticulante y hasta caricaturesco de si mismo,… y ciertamente deslumbraba e ilusionaba al público. Sus llamativas corbatas eran otro de sus elementos diferenciadores, mezclando siempre alegría y elegancia.
Además de su carrera musical fue autor también de cuatro libros. No solo creo o interpretó temas para el gran público, también era un enamorado de la infancia y grabó un disco de temas infantiles, que además regalaba a quién le respondía a su pregunta de ¿Tienes hijos?, fue formidable responder afirmativamente a esa pregunta pues me regaló ese precioso disco dedicado con todo el cariño que su corazón desprendía.
Artistazo, sus temas marcaron una época y seguro que algún día alguna banda o artista volverán a poner de moda muchos de sus temas. Gracias Luis Aguilé por ser un Caballero con mayúsculas.