El elemento del título es clave y diferenciador para cualquier artista o empresa del mundo del espectáculo. Son muchos actores, músicos, animadores, bailarines,… que buscan ganarse un hueco de visibilidad en los escenarios y eventos, todos se esfuerzan en demostrar sus mejores dotes y unos llegan más lejos que otros, no siempre los mejores alcanzan los éxitos, casi siempre son los más formales.
El mundo del espectáculo tiene ese toque de «informalidad-impuntualidad» de la vida bohemia, horarios contrarios e irregulares a los marcados socialmente y falta de estabilidad laboral. Un artista puede pasarse un mes completo sin un solo bolo, y al mes siguiente tener que rechazar varios porque tiene la agenda a tope.
Al principio de nuestra andadura como agencia nos dejamos llevar en algunas ocasiones por las maravillas creativas o interpretativas de algún que otro artista, que además había encandilado al público en una actuación anterior y querían repetir en futuros eventos con ese mismo artista.
Perder el teléfono, perder un autobús, problemas familiares o de salud,… son situaciones que pueden pasarle a cualquiera, el problema venía cuando esto era repetitivo y cambiaban las excusas. Esta fue la primera señal de alarma a la hora de contratar a una persona.
Tras algún que otro disgusto, casi siempre las soluciones te aportan a nuevos artistas que antes no conocías y quizás pueden ser algo peores, iguales y a veces mejores que el que había fallado, pero tenían algo que era impagable, la Formalidad.
Después de tantos años de experiencia, siempre que el artista cumpla unos estándares de calidad y buen nivel, lo más valorado es esta cualidad, pues da tranquilidad a la empresa y por consiguiente al público como cliente final que es.
Cuando una persona llega a su sitio puntual, todo es más fácil. La predisposición del público es de divertirse y respeto al artista, es necesario que el cliente tenga la garantía total de que su espectáculo se va a realizar, y en esto hemos puesto nuestro esfuerzo y desde hace muchos años podemos decir que está más que conseguido.
