Tercer capítulo de los jueves que estamos dedicando de manera abreviada y sencilla, a conocer un poco más sobre distintos ritmos musicales del mundo, hoy es el turno del Pasodoble.
Quizás es el ritmo con baile más arraigado en la cultura española si se mide por su integración en todas y cada una de las regiones del país.
El origen musical del mismo es muy confuso pero si parece claro que viene a ser una variación o evolución de ritmos militares que proceden según el historiador de Alemania, Francia o incluso de nuestro propio país.
Hay otro origen menos extendido aunque probable, ya que había una antigua danza española llamada «Pasacalle» que incluso se cita en el entremés «La escuela de danzar» de Navarrete y Ribera (1640), de gran popularidad allá por el siglo XVI.
En cuanto al origen del baile también hay dudas, pues algún historiador lo fija una representación «taurina» donde el hombre lleva y marca el ritmo, a diferencia de la gran mayoría de bailes donde es la mujer quién lo hace. Otros dicen que es una evolución del garrotín gitano o incluso de la tonadilla escénica.
En lo que coinciden todos es en que su éxito está basado en la facilidad de sus pasos, «libertad» de movimiento, posiciones de elegancia y respeto, además de la teatralización que cada uno quiera aportar al mismo. En cuanto a la música principalmente también su facilidad a la hora de interpretarla y la alegría que suelen transmitir en su mayoría, pues también los hay solemnes.
Hace ya prácticamente un siglo del pasodoble como todos lo conocemos, y nos ha dejado temas tan variopintos como «España Caní», «Paquito el Chocolatero», «Soldadito Español», «Suspiros de España» o «La Gracia de Dios».
A día de hoy sigue vigente, y no hay fiesta en el país ya sea popular o privada donde al menos suene un pasodoble en algún momento, pues si algo tienen en común todos es que unen a quienes lo escuchan bien sea en el baile o en recuerdos.