Cierto es que hay muchos tipos de rumba pero hoy dedicamos nuestro espacio a la flamenca en particular. Todo indica que su origen es cubano, y fue gracias al comercio entre los barcos salidos del sur de Andalucía hasta Cuba, donde se produjo ese intercambio musical y cultural.
Los flamencos andaluces tradujeron a palmas y guitarras, el ritmo de otros instrumentos cubanos. Los ritmos de los que procede la Rumba Flamenca, son el guaguancó, el son y la guaracha. Otra de las cosas que es muy importante en la Rumba es el baile, con unos exagerados movimientos de caderas, pelvis y hombros, que unido al ritmo musical justifican su carácter festivo y éxito.
La pasión y soltura son elementos importantes a la hora de bailar rumba. Los primeros flamencos no aceptaban la rumba como un palo dentro de este arte, lo consideraban bastante superficial. A inicios del siglo XX varios artistas lo incorporaron en sus grabaciones, como la famosa Niña de los Peines.
Si algo caracteriza a esta rumba es su constante evolución, y la facilidad que tiene para crear otros hijos, como la Rumba Catalana, dónde el mítico Peret fue todo un referente, donde recuperó para este ritmo venido del otro lado del Atlántico algunos instrumentos que no se empleaban en la flamenca y si en Cuba o Puerto Rico.
A partir de los años sesenta la música flamenca da un salto cualitativo, y comienza a fusionarse con otros instrumentos y estilos musicales que dan un impulso internacional al estilo, siendo considerados Gipsy Kings, el grupo que hizo más por esta evolución y traspaso de fronteras.
Otra de las singularidades de la Rumba es el coqueteo, insinuación y la seducción, por supuesto con miradas que acompañan al ritmo y que dan más aire festivo al mismo.
